EL REY MORO
El Rey Moro entró en las cuadras .Sobre el rostro de ébano brillaban los ojos feroces que tanto terror infundían a sus enemigos durante las batallas .Observó los dos caballos purasangres, uno blanco y otro negro, de increíble belleza. Los contempló atentamente , y después, con gesto decidido, se movió hacia el caballo blanco. Fue una cuestión de pocos segundos: el caballo con un doble salto, se abalanzó sobre el Rey Moro y se lo comió .
El rey se había olvidado de que era el rey del ajedrez.
Stefano Benni
sábado, 11 de diciembre de 2010
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2 comentarios:
Hay caballitos que sólo sirven para cabalgar hacia la infancia. Son caballitos que sin moverse del sitio cabalgan cruzando el tiempo. A veces, al verlos, asoman las lágrimas, debe ser por efecto del viento en los ojos, tan raudo cabalgan hacia lo perdido...
Un saludo
Qué ingenioso relato. Tal vez así se fragüe la muerte: como resultado de querer vivir en el escenario equivocado.
Me quedo pensando.
Besos.
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